¿Alguna vez te has preguntado qué parte de un anuncio te llama más la atención? ¿O por qué algunas páginas web se sienten fáciles de usar y otras no tanto? Ahí es donde entra el eye tracking, o seguimiento ocular, una herramienta utilizada en neuromarketing que permite a las marcas analizar dónde miran nuestros ojos.
Pero, ¿Qué es el eye tracking? Es una técnica que analiza hacia dónde dirigimos nuestra vista, cuánto tiempo observamos ciertos puntos y en qué orden lo hacemos. Se usa con cámaras especiales o sensores en dispositivos que siguen los movimientos oculares de forma muy precisa.
En publicidad y diseño web, sirve para entender cómo las personas reaccionan visualmente a los anuncios, imágenes de redes sociales, empaques o páginas.
Para analizar los resultados de esta técnica obtenemos mapas de calor o heatmaps sobre el estímulo (anuncio, empaque o página web) estudiado, y ¿Cómo se ve un mapa de calor? Estos mapas destacan 3 colores:


– Las zonas en rojo muestran dónde miró más la gente, denominadas zonas de interés (AOI)
– Las zonas en amarillo o verde, donde miraron con menos frecuencia.
– Las zonas sin color indican que pasaron desapercibidas.
Eye Tracking y UX: Cómo Saber Qué Atrae al Usuario y Mejorar su Experiencia
De este modo, las marcas pueden ver qué partes de un anuncio capturan la atención y cuáles no están funcionando.
Y, ¿Cómo ayuda esto a mejorar la experiencia del usuario (UX)?
La experiencia de usuario (UX) es cómo se siente una persona al usar un sitio web, una app o interactuar con una marca. Si una página es confusa, los usuarios se frustran y abandonan. Si es clara y atractiva, se quedan más tiempo y llevan a cabo compras, dejan su información en formularios o la recomiendan a otros usuarios. El uso del eye tracking para evaluar la experiencia del usuario permite:
– Ver si el usuario encuentra fácil un botón, menú o llamada a la acción.
– Comprobar si el orden visual del contenido funciona.
– Ajustar el diseño para que sea más intuitivo.
¿Y en los anuncios?
Las marcas usan eye tracking para:
– Ver si el logo o el producto destaca.
– Asegurar que el mensaje principal se vea sin distracciones.
– Rediseñar anuncios donde los ojos del espectador se pierden.
Conclusión
El seguimiento ocular no es ciencia ficción. Es una herramienta real que ayuda a crear experiencias visuales más efectivas, atractivas y centradas en el usuario. Gracias a ella, las marcas pueden afinar sus diseños y mensajes para conectar de verdad con las personas, justo donde están mirando.